La naturaleza como refugio, como protección, como lugar donde la fragilidad protege.

Cuando se esqueletiza una hoja, proceso donde se retira la parte carnosa  para dejar al descubierto las nervaduras, descubre uno que en vez de volver la hoja más frágil, revela su fortaleza. Asimismo, cuando una oruga se transforma en crisálida, se cubre con su propia fragilidad para hacerse fuerte. Así, en la naturaleza, la vida misma anda oscilando en un ciclo donde la fragilidad crea fortalezas y donde la muerte puede tomarse como sinónimo de vida.

En el vientre de la madre, es una refugio, una construcción que se hace fuerte en unión de muchas fragilidades. Evidencia la dicotomía de la vida, lo frágil y lo fuerte que se puede ser.